FCSI Israel y IVCF Canadá han estado colaborando durante seis años. Estudiantes de ambos movimientos han viajado de intercambio en viajes misioneros a corto plazo. Fue por medio de esta colaboración que FCSI se enteró del encuentro que organiza IVCF todos los años para ayudar a sus estudiantes a explorar el Evangelio de Marcos. La idea gustó mucho en FCSI. Sentían que muchos de sus estudiantes eran meros espectadores del estudio bíblico: habían oído enseñanzas pero no sabían cómo estudiarlo ni entenderlo por sí mismos.
Con ayuda y apoyo, FCSI organizó su primer Encuentro del Manuscrito de Marcos en 2014, con la participación de 20 estudiantes. Desde entonces este número ha crecido y ahora asisten 120 estudiantes. La Secretaria General, Rasha Saba, nos cuenta por qué:
«Los estudiantes se están dando cuenta de que sí pueden entender la Biblia y de que realmente quieren estudiarla para encontrarse con Jesús por medio de su Palabra. Ha sido una gran experiencia ver cómo está cambiando la vida de las personas como resultado de esta iniciativa».
El encuentro reúne a cristianos árabes, judíos mesiánicos y estudiantes internacionales: una demostración hermosa y poco común de la unidad en el evangelio, que trasciende barreras de trasfondos, cultura y lenguaje.
El próximo Encuentro del Manuscrito de Marcos tendrá lugar en agosto. Oren con nosotros por el encuentro:
Oren para que muchas personas que están buscando a Jesús (además de creyentes) se apunten.
Oren para que se puedan recaudar los fondos necesarios.
Oren para que los estudiantes se sientan cada vez más cautivados por la figura de Jesús a medida que estudian juntos y que quieran hablarles de él a sus amigos en el campus.
El movimiento es único porque reúne a cristianos árabes, judíos mesiánicos y estudiantes internacionales. Trabajamos en tres idiomas principales: árabe, hebreo e inglés, pero en realidad hablamos más idiomas entre nosotros. Nuestros trasfondos, culturas y puntos de vista políticos pueden ser muy diferentes, pero tenemos un mismo sentir de estar unidos y de servir juntos.
¿Qué luchas tienen los estudiantes cristianos?
Las universidades de Israel son por lo general muy seculares. Sin embargo, hay muchos estudiantes de diferentes trasfondos religiosos, así que los estudiantes cristianos se enfrentan a grandes retos al estar rodeados de diferentes cosmovisiones y estilos de vida, y tener que compartir acerca de Jesús en este contexto. Otro tema es que todos los estudiantes cristianos son una minoría en sus respectivos grupos étnicos: tanto cristianos árabes como judíos mesiánicos. Y cuando eres una minoría y mucha gente no te entiende ni está de acuerdo con lo que crees, es mucho más difícil salir de tu burbuja y compartir tu fe.
¿Cómo ha ido cambiando el ministerio estudiantil en estos últimos años?
Los estudiantes están empezando a salir más de sus círculos sociales. Están teniendo más valor a la hora de compartir el evangelio. A medida que son más conocidos en la comunidad, las personas están más abiertas a conectar con nosotros. En Israel no hay restricciones, hay libertad religiosa. El problema es más el miedo psicológico y el sentimiento de ser una minoría. Pero desde hace poco hay gente que está siguiendo el llamado de Dios y está estudiando apologética. Esta formación da más confianza a los estudiantes a la hora de salir y compartir su fe. Y vemos cómo estudiantes de diferentes trasfondos vienen, conectan y hacen preguntas. Todavía no está ocurriendo en todos los campus, pero nos anima mucho ver que ya está habiendo un cambio.
¿Cuáles son las conversaciones que más sueles tener con los estudiantes cristianos?
Muchas de las iglesias no animan a las personas a pensar por qué creemos lo que creemos, así que cuando los estudiantes llegan a la universidad se enfrentan a preguntas que no saben contestar. Necesitan aprender a abordar estas preguntas. Así que a menudo hablamos de cómo pueden compartir su fe con otras personas de una forma que desafíe al pensamiento.
Aparte de eso, hablamos de las mismas cosas de las que probablemente hablan los estudiantes de otros países hoy en día: relaciones, sexualidad, cómo vivir una vida santa en un mundo secular… cosas así.
¿Con qué frecuencia se reúnen todos como movimiento?
Tenemos un encuentro una vez al año en mayo, en el que estamos representados los tres grupos (cristianos árabes, judíos mesiánicos y estudiantes internacionales). El encuentro lo dirige un comité integrado por estudiantes de cada uno de estos grupos. También nos reunimos una vez al año en el Encuentro de Estudio Bíblico del Manuscrito de Marcos. Nos gustaría reunirnos más a menudo y estamos orando para que surjan oportunidades para hacerlo.
Comparte algunos de los mejores momentos del encuentro de FCSI de este año.
Este año el título del encuentro era Jesús en el centro. Se reunieron 120 estudiantes para aprender más de nuestro papel en la gran historia de la salvación de Dios, con Jesús en el centro. Los tiempos de alabanza fueron uno de los mejores momentos, como siempre. Cantamos en hebreo, árabe e inglés. Cristianos que no suelen reunirse mucho todos juntos, todos en un mismo lugar alabando al Dios de las naciones: es una experiencia increíble y conmovedora. ¡Un pequeño anticipo del cielo! Y fue emocionante ver cómo los estudiantes conectaban y llegaban a conocerse mejor gracias a los grupos pequeños y a la hora de comer. Es un lugar donde se forjan nuevas amistades.
También me animó mucho ver la madurez de ciertos estudiantes a quienes les costaba superar problemas relacionales y diferencias. Estaban dispuestos a dejar a un lado esas diferencias por el bien de la unidad en el evangelio y a poner a Jesús en el centro.
¿Por qué crees que es tan importante hacer cosas juntos?
Suelo pensar en la oración de Jesús en la que pedía que su pueblo fuera uno para que el mundo creyera en él. Hay grandes desafíos y no tengo la respuesta a cómo vamos a superar todos los desafíos. Pero creo en mi corazón que tenemos que estar unidos si vamos a empezar a centrarnos en la salvación de todos los que viven en este país. Juzgamos muy rápido a la gente cuando la conocemos, hacemos suposiciones y los deshumanizamos. Esto ocurre porque no nos conocemos. Si vamos a ver un cambio real y duradero en Israel y en la iglesia, debemos conocernos, en el día a día y no solo en un encuentro anual. Tenemos que saber no solo cómo adorar juntos, sino también cómo vivir juntos y esto representa un desafío aún mayor. Vemos que van surgiendo amistades entre los estudiantes de FCSI después de los encuentros y yo oro para que esto ocurra cada vez más.
¿Cuál es tu oración para los próximos años?
Oro para que haya más estudiantes haciendo misión y evangelizando en el campus. Deseamos que mucha más gente conozca a Cristo. Los estudiantes tienen sed y están abiertos durante los años universitarios y queremos que los estudiantes cristianos aprovechen esta oportunidad. Estoy cansada de ver a los cristianos sentados en la iglesia y solo compartiendo dentro de las cuatro paredes en lugar de en la comunidad. Así que oro para que nuestros estudiantes traigan a Jesús a su comunidad, compartan el evangelio y den testimonio con su vida. Y, por supuesto, ¡oro por unidad! Sé que es algo grande. Pero siento que es algo que está en el corazón de Dios y que él nos está empujando en esa dirección.
“¿Quién eres, Dios? ¿Realmente estás ahí? Si estás ahí, llévame a un lugar donde pueda encontrar respuestas.”
Dios escuchó la oración titubeante de Alfred*.
No pasó mucho tiempo antes de que llegara una oportunidad inesperada para abandonar su comunidad musulmana e irse al Norte de Europa para estudiar durante un semestre. Ahí escuchó hablar de un campamento que estaban organizando algunos cristianos para los estudiantes internacionales. Alfred decidió ir con ellos. Sentía curiosidad. Quería saber más acerca del Dios al que adoraban estos cristianos. Quería ver por sí mismo lo que decía la Biblia. ¿Podía ser verdad que el sacrificio de Jesús en la cruz es la única forma en la que ser perdonado?
En los meses siguientes, siguió reuniéndose con sus nuevos amigos cristianos, haciendo preguntas y observando sus vidas. Se preocupaban por él. Cuando se hizo daño en el tobillo, vinieron a visitarle. Comieron juntos, jugaron juegos y charlaron.
Hubo otro campamento al final del siguiente semestre. Alfred retrasó su vuelo de regreso para poder ir. La última noche, los estudiantes escucharon la historia del Hijo Pródigo. Alfred sabía que quería tener una relación con Dios como su Padre, quería la vida nueva que Jesús le ofrecía. Esa noche oró pidiendo perdón y confió en Jesús como su Salvador.
Al día siguiente compartió con otros asistentes cómo Dios había estado obrando en su vida a lo largo de los últimos meses. Habló acerca del cambio que Jesús había hecho en su corazón, de la esperanza, del gozo y la paz que sentía ahora, y de su nuevo deseo de amar y servir a Dios.
De regreso en su país, Alfred sigue leyendo su Biblia y orando. Pero no tiene una comunidad cristiana ahí. Por favor, ora por protección para él y para que tenga comunión con otros. Ora para que tenga oportunidades y sabiduría para compartir su nueva fe con sus familiares y amigos. No va resultarle fácil.
*Hemos cambiado los nombres por motivos de seguridad.
Hospitalidad en Europa del Este
Nunca tuve la intención de trabajar con estudiantes musulmanes. No sabía mucho acerca del Islam. Realmente no es que quisiera. Pero cuando abrí mi hogar para darle la bienvenida a los estudiantes internacionales, me sorprendió observar que la mitad de los estudiantes que venían semana tras semana eran musulmanes. Por lo que se puede decir que tropecé con este ministerio tan emocionante y fui aprendiendo según progresaba,
Además de las actividades sociales que organizamos, también orecemos un Estudio Bíblico semanal en inglés. Aunque los estudios bíblicos están abiertos a todos los estudiantes internacionales, los estudiantes musulmanes son los asistentes habituales. A lo largo de los últimos años, hemos tenido la oportunidad de estudiar la Biblia junto a estudiantes musulmanes de Azerbaiyán, Georgia, Turquía, Yemen, Mauritania y Burkina Faso.
Una cosa que he observado es que trabajar con los estudiantes musulmanes no requiere mucha formación, o un cierto tipo de personalidad o unas grandes campañas evangelísticas. Solo somos unos cristianos normales. Intentamos que nuestros amigos musulmanes se sientan bienvenidos, les hacemos preguntas y aprendemos acerca de lo que creen. Como la religión es una parte importante de sus vidas también, hablar sobre asuntos espirituales resulta sorprendentemente natural.
Las cosas pequeñas marcan una gran diferencia, como cocinar sin cerdo, esperar a comer juntos después de la puesta de sol durante del Ramadán. La hospitalidad es una parte muy importante de la cultura musulmana. A veces cocinan para nosotros, una vez unos estudiantes de Yemen vinieron a cocinar sus platos tradicionales.
Estoy muy agradecido porque Dios ha traído a estos estudiantes a mi vida. Sé que Dios está obrando en todos los estudiantes internacionales en nuestros grupos, pero resulta más evidente entre los estudiantes musulmanes. Animo a todos a hacerse amigos de un estudiante musulmán o dos y que observen cómo Dios les utiliza para impactar su vida, y ellos en la suya.
Viajes misioneros a África del Norte
Era mi primer viaje a África del Norte. Me sentí totalmente cautivado nada más llegar.
¡El calor, el sonido, los aromas, los colores! Era tan distinto a lo que había vivido en Europa. La gente en la calle era cálida y amable. Pero también me impactó el nivel de pobreza. Era un gran contraste con las riquezas que considero normales en casa.
Los cinco días pasaron muy rápidos. Llegamos a conocer a una joven musulmana. Había sufrido mucho porque algunos hombres de su vida le habían tratado mal. Le hablamos del amor de Dios por los quebrantados y perdidos. Pudimos entregarle una copia del Evangelio de Lucas antes de irnos y nos hemos mantenido en contacto desde entonces. Me ha invitado a volver a visitarle en el futuro.
También conocimos a un hombre local que se había convertido del Islam al cristianismo, además de su esposa y sus dos hijas. Había pasado tiempo en la cárcel a causa de su fe. Sus hijas estaban sufriendo rechazo en el colegio porque no usaban el pañuelo en la cabeza ni participaban del Ramadán. Cuando su familia se reunía con otros cristianos, tenían que hacerlo en secreto. Fue impresionante ver lo fuerte que era su fe, pasando por el sufrimiento real con gozo, por y para Cristo.
Me hizo preguntarme: ¿por qué tengo tanto miedo de hablar acerca de mi fe con mis amigos en casa si solo puede cambiar su percepción de mi imagen y no mi vida?
Al regresar, tengo una nueva apreciación por el privilegio que tengo de conocer a Jesús y la libertad de la que dispongo para hablar de Él en Europa.
Foro de Estudiante Internacionales en Eurasia
A principios de año mi amigo y yo nos desplazamos a un país cercano en Eurasia para ayudar en un campamento para estudiantes internacionales. Había más de sesenta participantes de 12 países. Muchos eran de países musulmanes cerrados a los que no podemos ir. Hubieron charlas explicando la fe cristiana y muchas actividades divertidas a lo largo del día: deportes, bailes nacionales, juegos, música y representaciones teatrales.
Los dos estábamos ayudando a dirigir los debates en grupos pequeños. Durante estos grupos, hablamos temas importantes como “¿Quién es Dios?” “¿Qué es el pecado?” “¿Cómo puedo ser salvo?” Fui capaz de compartir lo que significa para mí ser un seguidor de Jesús y por qué he decidido seguirle.
Creo que el Espíritu Santo estaba obrando en los corazones de estos estudiantes musulmanes mientras hablábamos. Algunos de los estudiantes compartieron sus reflexiones:
“Dios me ayudó a encontrarme a mí mismo mediante este foro. He descubierto quien soy.”
“Después de este foro estoy empezando a interesarme por mi relación con Dios.”
“Realmente estoy deseando encontrar la Verdad después de este foro.”
Por favor, ora por estos estudiantes.
Debatiendo acerca del Corán y la Biblia en Francia
¿Por qué solo debaten acerca de la Biblia y no el Corán? Un estudiante turco estaba furioso y amenazó con no volver.
Eso me llevó a probar algo nuevo.
Ahora tenemos cinco grupos de debate en todo el país. Los estudiantes musulmanes y cristianos se reúnen para debatir en un ambiente amable y respetuoso. Hacen preguntas y aprenden acerca de la fe de los otros. Hablamos de temas tales como ‘¿qué es la fe?’ ‘¿Quién es Dios?’ ‘Hombres y mujeres en la Biblia y en el Corán’ y ‘Oración».
Las universidades francesas dan la bienvenida a más de 70.000 estudiante procedentes de países musulmanes cada año, incluyendo Marruecos, Argelia, Túnez y Senegal. También hay muchos estudiantes franceses de fe musulmana. En los últimos tres años, 60 estudiantes musulmanes han participado en estos grupos de debates. Alabamos a Dios por estos 60 pero también somos conscientes de que quedan muchos por ser alcanzados.
Ora para que se inicien más grupos en todo el país. Ora para que los estudiantes musulmanes que han escuchado el Evangelio lleguen a la fe en Jesús.
Estos grupos de debate se conocen como grupos ‘ABC’ (Autour de la Bible et du Coran). Hay recursos disponibles en francés para los estudiantes que deseen empezar grupos de debate en: http://croissance.gbu.fr/?cat=74.
Programa de Compañeros en Holanda
Es una escena cotidiana. Un grupo de estudiantes que se ríen juntos mientras se deslizan por la pista de hielo. Pero lo que diferencia a este grupo era que la mitad de ellos eran holandeses cristianos y la otra mitad eran musulmanes de Oriente Medio.
El programa de compañeros que une a los estudiantes internacionales musulmanes con los estudiantes locales cristianos ha creado muchas amistades nuevas. Los ‘compañeros’ se reúnen al menos una vez cada dos semanas. Es más que una oportunidad para practicar el neerlandés. Es una amistad real. A través del programa, los estudiantes musulmanes tienen la oportunidad de oír acerca del Dios de la Biblia por primera vez en sus vidas.
Se han organizado algunas noches de diálogos para los estudiantes musulmanes y cristianos, para aprender más acerca de sus creencias los unos de los otros. Se han debatido grandes preguntas:
“¿Qué significa la oración para ti?”
“¿Podría perdonarte Dios por matar a alguien?”
“¿Qué piensa la gente de la iglesia aquí acerca de los musulmanes?”
Muchos han mostrado interés por saber más. Algunos dicen estar dispuestos a leer la Biblia.
Con la reciente llegada de muchos refugiados (incluyendo estudiantes) procedentes de países islámicos, las oportunidades para alcanzar a los musulmanes son abundantes. Ora para que podemos aprovechar al máximo esta oportunidad sin precedentes de compartir la esperanza que tenemos con las personas que están perdidas sin ella.
Me llamo Aalim*. La mayoría de la gente me consideraría una contradicción. Soy un cristiano tunecino.
Me crié en una familia musulmana. Mi vida era normal. Nunca cuestioné el Islam. Nunca consideré el cristianismo.
Pero, un día conocí un cristiano que vivía en mi ciudad.
Era una persona muy amable y con la mente muy abierta. Pensé que podría ser un buen musulmán y que podría llevarle a la mezquita. Pero, según hablábamos descubrí que estaba muy convencido de su fe cristiana. Su estilo de vida me sorprendió. No bebía alcohol y no creía en el sexo antes del matrimonio. Tenía un corazón puro. Al contrario de lo que esperaba, me hizo querer conocer la religión cristiana y leer el Enjeel (Evangelio).
Me invitó a ir a la iglesia con él. Una parte de mí era reticente y la otra parte de mí sentía curiosidad. Quería ver la forma en la que los cristianos oraban y adoraban. La mayor sorpresa para mí fue descubrir que había tunecinos ahí que se habían convertido del Islam al cristianismo. ¡Impresionante!
El primer sermón que escuché hablaba de Lucas 6:32–36, cuando Jesús hablaba sobre amar a los enemigos.
Me sorprendieron las diferencias entre el cristianismo y el Islam. ¡Jesús enseñaba que debíamos amar a nuestros enemigos! Como musulmán me habían enseñado a amar a mi prójimo y a odiar a mis enemigos. La fe cristiana no era lo que esperaba, en absoluto. Era mucho más bonita.
Empieza la búsqueda
Empecé a hacer preguntas. Tanto del cristianismo como del Islam. Los musulmanes de la mezquita no apreciaron estas preguntas. Dediqué meses a la búsqueda de la verdad, comparando el Corán y la Biblia.
Me reuní con un antiguo Imán que se había convertido al cristianismo. Y los demás también. Me conmovieron sus testimonios, pero era inconcebible que tomara esa decisión por mí mismo. En nuestra cultura, es sorprendente, vergonzoso y peligroso convertirse. Podrían matarme por ello.
Después de un año de búsqueda caí en una depresión. Estaba perdido. Había perdido mi fe en el Islam, pero tenía demasiado miedo para convertirme en un cristiano. No sabía cómo enfrentarme a la sociedad, cómo tratar con las tradiciones con las que me había criado, mi familia y mis vecinos. Muchas personas de mi ciudad hablarían de mí, como la persona que quiso cambiar su religión y hacerse cristiano.
Fue un año muy complicado. Suspendí todos mis exámenes porque me pasé todo el tiempo leyendo y comparando el cristianismo y el islam. Mis amigos y mis vecinos esperaban celebrar mis resultados conmigo, pero cuando les dije que había suspendido me dijeron que Dios me estaba castigando. Me dijeron que me arrepintiera y volviera al Islam.
En el verano de 2005, estaba ya totalmente deprimido. No quería reunirme con la gente. Me quedaba en una habitación, llorando.
Estaba culpando a Dios en mis oraciones. ¡Me había llevado a esta situación! ¿Por qué no me mostraba la verdad? Sentía que me había vuelto la espalda. Algunas personas se habían encontrado con Él en sueños, pero yo no. Seguía perdido. Me sentía desesperado, solo y desesperanzado.
Conociendo a Jesús
Un día en el mes de septiembre de ese año, estaba en mi habitación, solo en mi casa, intentando dormir entre mis lágrimas. Estaba medio dormido cuando alguien entró en mi habitación. Se sentó en la cama, a mi lado, y puso su mano en mi hombro. Era muy fuerte pero no me hacía daño. No podía mirarle o alejarme de Él. Me dijo:
“Aalim, llevas mucho tiempo buscándome, ¿acaso no sabes quién soy?”
Le pregunté: “¿Quién eres?”
Me respondió: “Estoy en el Padre y el Padre está en mí; ¡quien me ha visto a mí, ha visto al Padre!”
Quitó la mano de mi hombro y según se alejaba me dijo: “Tienes que seguirme.”
Se marchó de la habitación y me desperté en ese momento. Empecé a buscarle. Pensé que podría haber sido mi padre, intentando burlarse de mí. Pero, no había nadie en casa. Y en mi corazón sabía que era Jesús.
Me di cuenta que las palabras que había dicho sonaban familiares… ¡En alguna parte del Nuevo Testamento! Solo tenía el Evangelio de Juan en casa (tuve que esconder mi Nuevo Testamento y mi copia de la Biblia de mis padres). Así que abrí el Evangelio de Juan y encontré este versículo:
―Señor — dijo Felipe — , muéstranos al Padre y con eso nos basta. ―¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. Juan 14: 8–9 (NVI)
Inmediatamente supe que había sido el Señor Jesús el que había venido en mi desesperanza. No tenía excusas, debía seguirle.
Ese día, mi vida entera cambió. Estaba muy feliz, mi ánimo cambió completamente. Recuerdo que es la primera vez que canté y la primera vez que adoré al Señor. ¡Tenía tanto gozo!
Diez meses más tarde me bauticé.
Una decisión costosa
No fue fácil para mi familia. Me dijeron que les había avergonzado. Mi padre intentó convencerme para que cambiara de opinión. Mi madre me dijo que sentía que ya no era su hijo. Perdí mis relaciones con muchos de los miembros de mi familia extendida. Perdí mi amistad con mis vecinos.
Como un estudiante cristiano, afronté muchos retos. No es fácil compartir mi fe en la universidad.
Más adelante, solicité un trabajo pero me rechazaron a causa de mi fe cristiana. Me dijeron: “Sabemos que eres un evangelista y creemos que nos causarás problemas en nuestra empresa. No queremos trabajar con infieles o con gente que come cerdo.”
Ánimos por el camino
Pero también he cobrado mucho ánimo por el camino: mi hermano se ha convertido en un creyente y su mujer también. Mi madre aún no es creyente, pero ha visto a Jesús en un sueño. Mi padre ahora tiene una actitud más positiva hacia el cristianismo pero dice que quiere seguir siendo musulmán.
En Túnez el gobierno nos permite reunirnos en una iglesia pública en el centro. ¡Es realmente por la gracia de Dios! No podemos hacer esto en el resto del mundo árabe. Habitualmente, matarían a los que se convierten del Islam. Desde la Revolución hemos tenido más libertad religiosa y más libertad para compartir nuestra fe.
Recientemente, la gente ha estado cuestionando la fe islámica tras ver la cara real del Islam a través de ISIS. Algunos me están preguntando más acerca de Jesús, algunos se están haciendo cristianos. Pero el Islam radical también está en aumento, hay un gran partido político islámico que puede ascender al poder en las próximas elecciones.
Por favor, ora por nosotros. Necesitamos tus oraciones.
From door-knocking to film nights; from Beach volleyball matches to Scrabble games: Christian students in one Middle Eastern country spent the summer months seeking to engage non-Christian students on their campus in a whole host of ways. Friendships were made and the gospel was shared. The students also spent time walking around the neighbourhoods in pairs, praying for opportunities to meet people, for new life, and for the many struggling financially. One student reflected:
“It has helped to increase our empathy for the people here and fuels our desire to see them saved one day.”
Another student shared:
“The project was a blessing for me. It allowed me to have fun in the Lord but also to share the love of God with my brothers and sisters. During the various activities, I came to realise the power of the Gospel. It was a first time for me but God used me to bless someone, to speak on His behalf and also to pray for that person who was in need.”
The IFES Innovation Project supported this and many other student initiatives to share the gospel on campus in creative and innovative ways. Find out more about how IFES is supporting student evangelism around the world.