La muerte de George Floyd en Estados Unidos ha provocado que las conversaciones sobre la injusticia cobren intensidad en todo el mundo. Muchos cristianos han reexaminado sus propias sociedades con una sensibilidad renovada sobre los sesgos y la desigualdad permanentes. La trágica realidad es que en todos los países se hallan distintas formas de injusticia de forma generalizada. Aunque identificar estos problemas puede resultar incómodo, los cristianos tenemos el llamado de implicarnos con coraje. Como hijos de Dios, cosechamos los beneficios de la gran historia de la redención divina, una historia que abarca la renovación y restauración de la sociedad. Como embajadores de Cristo, cargamos la responsabilidad de ser agentes de restauración en nuestras propias sociedades, igual que Jesús nos restauró a nosotros.

En IFES, creemos que debemos aplicar el evangelio a todos los aspectos de la vida. A lo largo de los años, esta idea ha llevado a estudiantes de IFES a convertirse en agentes de cambio. Los estudiantes y graduados han confrontado problemas de raíces profundas y han desafiado a otros a hacer lo propio. Han asistido a capacitaciones de IFES que los han impulsado a salir de su burbuja social para interactuar con personas diferentes. Los eventos como el Día Mundial del Estudiante han inspirado a los estudiantes para examinar las injusticias de la sociedad y hacer algo al respecto. Los estudiantes de IFES creen que abogar por la justicia social es estar cerca del corazón de Dios. Citando al Secretario General en funciones, Jamil,

En ese espíritu, lanzamos una serie de artículos que destacan cómo los estudiantes de todo el mundo están respondiendo a las necesidades de justicia social de sus contextos. Abordaremos temas como la violencia y la corrupción de América Latina, los derechos de las mujeres en Asia y la reconciliación racial en el Reino Unido y Estados Unidos. Al compartir estas historias, esperamos que nuestros hermanos y hermanas de IFES puedan llorar juntos por las injusticias persistentes, regocijarse en el poder y la misericordia de Cristo que brinda transformación y ganar nuevas fuerzas para escuchar y responder a la injusticia de sus sociedades.

No alegamos tener todas las respuestas, pero entendemos nuestro llamado de dedicar nuestras vidas al evangelio. Creemos en el poder de Cristo para transformar las sociedades por completo. Así pues, con dolor y esperanza, nos esforzaremos juntos como una comunidad unidad a él. Tenemos muchas ganas de compartir estas historias con ustedes y esperamos que les inspiren para trabajar por la restauración de Dios en sus propios contextos.